Columna Dr. Alejandro Gutiérrez, Vicedecano de I+D y Postgrado y Director del Centro de Innovación.
La actual contingencia sanitaria que nos azota a nivel mundial ha despertado el quehacer colaborativo y creador de distintos profesionales del país que buscan ser un aporte en la contención y el cuidado del COVID-19. Bajo este escenario, y entendiendo las necesidades presentes de los centros de salud y de la sociedad, sabemos lo importante que significa nuestra participación como ente intelectual e innovador en los distintos procesos de manufacturación tecnológica para ciertos dispositivos de primera necesidad que ayuden a combatir esta pandemia global.
Acorde a esto, se hace necesario señalar la importancia que ha teniendo el uso de softwares de modelamiento tridimensional de objetos dentro de esta emergencia, los que, por definición, hacen posible modelar equipos y plantas completas en forma virtual, mediante simulaciones cinemáticas y dinámicas, minimizando problemáticas de interferencia y armado. Uniendo esto, a los softwares orientados al análisis estructural de los componentes geométricos ya modelados, es posible determinar una integridad estructural.
Una vez resuelto los problemas cinemáticos, dinámicos y estructurales, es posible a través del uso de la manufactura aditiva, fabricar prototipos conceptuales que, dependiendo de las capacidades de los materiales para resistir esfuerzos, pueden transformarse en productos, productos que, en esta ocasión, están siendo destinados para la ayuda de quienes se encuentran batallando desde la primera línea en contra esta pandemia, y que sin duda han sido y serán, un gran aporte para la sociedad.
Como sabemos, una de las tantas ventajas que posee la manufactura aditiva, radica en el considerable ahorro de tiempo en el desarrollo conceptual de prototipos, elemento fundamental que prima en estos días.
Hoy nos encontramos expuestos a una demanda de maquinarias y accesorios en el área de la salud que sobrepasa la capacidad instalada de los equipos necesarios ya existentes. Los proveedores de estos aparatos no son capaces de alcanzar la solicitud que esta emergencia requiere y los precios de estos artefactos son de un valor muy elevado.
Ante esta inquietud, se nos hace necesario satisfacer los requerimientos presentados, tanto en el número de dispositivos a fabricar, como en el bajo costo de estos, y esta condición es factible de abordar si se cuenta con la experiencia en el uso de los recursos antes descritos, pues los tiempos de diseño y desarrollo, se verán drásticamente disminuidos y seremos capaces de satisfacer la demanda mediante la utilización de modelamientos tridimensionales.
Nosotros como Universidad, y Centro de Innovación, contamos con los recursos recién mencionados, lo que nos hace responsables de poner a disposición de la comunidad estas capacidades que se constituyen en una herramienta de alto impacto que va en ayuda de la sociedad. Así lo hemos estado haciendo con la fabricación de prototipos de protectores faciales y un respirador artificial (trabajo en desarrollo), y así lo están haciendo distintas organizaciones de la Facultad de Ingeniería que se han comprometido con estos desafíos que se nos ha presentado.
Hemos acudido al llamado de la solidaridad, y a través de nuestra expertiz y capacidades técnicas, seguiremos colaborando en la manufactura de última generación de prototipos y productos que vayan dirigidos al servicio de soluciones sanitarias y sociales.