Los Doctorados en Ciencia de la Usach comentan que el gobierno chino, iniciada la pandemia, estabilizó el precio de mascarillas y líquidos desinfectantes, multando a farmacias y negocios que subieran los precios, para frenar el avance de la enfermedad y evitar el desabastecimiento de esos productos, entre otras medidas. La Universidad de Shanghái, donde ellos realizan sus postdoctorados, dispuso una aplicación móvil para reportar diariamente su estado de salud y ante cualquier situación de riesgo les entregan apoyo inmediato.
Francisco Cárdenas es graduado del programa de Doctorado en Ciencia, con mención en Física de la Facultad de Ciencia de la Universidad de Santiago. Actualmente vive en la ciudad de Shanghái, en una vivienda particular proporcionada por la Shanghái University, plantel donde realiza su postdoctorado trabajando como investigador. Cárdenas llegó a China en marzo de 2019 y debería quedarse hasta abril de 2021, pero cree que su estadía podría extenderse.
Pese a los cambios radicales en el modo de vida que ha debido experimentar tras el inicio de la pandemia, el joven usachino está tranquilo y califica su experiencia en el extranjero como “sumamente enriquecedora”.
Respecto al brote masivo del virus, el investigador recuerda que se produjo en días cercanos al Año Nuevo Lunar en China o Festival de la Primavera, durante febrero. “Esta celebración es muy importante aquí, por ende todas las familias se juntan en sus pueblos natales. Y en general, como muestran las noticias cada año, las celebraciones son multitudinarias. En ese contexto, las medidas tomadas por el gobierno central en Beijing y el gobierno local en Shanghái fueron drásticas y efectivas”, comentó.
Esas medidas-añadió- abarcan desde cerrar todos los lugares turísticos y la suspensión total de las actividades relacionadas con el Año Nuevo, y los cierres de las universidades. “Desde ese punto de vista, hacer la cuarentena ha sido muy seguro, en ningún momento se ha visto desabastecimiento en los supermercados o en las tiendas. La gente en cada momento usa mascarillas y el control de ingreso a las tiendas implica control de temperatura y un registro. Es más, en la aplicación para realizar pagos ‘Alipay’, dependiendo de tu interacción en lugares o con personas infectadas se muestra un código de color, verde, amarillo y rojo que indica si tienes que hacer cuarentena o no”, relató el doctor Cárdenas.
El graduado del Programa de Doctorado en Ciencia, con mención en Física de la Usach reconoció que la única vez que sintió algo de preocupación fue cuando el protocolo de detección de contagio cambió y se registró, de manera repentina, un aumento de 15 mil casos en un solo día.
“Pero, como vi después que el número iba en constante baja, dejé de preocuparme. Hoy en día, con el virus más o menos controlado, la sensación de seguridad es muy alta. Estoy expectante de que las actividades regulares se retomen rápidamente”, agregó.
La tranquilidad predomina
Para Nancy Barraza, graduada del programa de Doctorado en Ciencias de la Ingeniería, mención Ciencia e Ingeniería de los Materiales, la situación ha sido similar. Junto a su esposo Francisco Albarrán, graduado del programa de Doctorado en Ciencia, con mención en Física, también de la Usach, se encuentran trabajando y residiendo en la misma Universidad de Shanghái, donde realizan su postdoctorado.
Francisco Albarrán llegó en marzo del 2019 a China, y su esposa a fines de agosto. Ambos tienen contrato renovable, por dos años, hasta 2021. Cuando la situación de contagio estaba por detonar en China, ambos se encontraban de vacaciones en Chengdu, una ciudad situada en el centro del país. Fue entonces cuando el número de infectados comenzó a aumentar rápidamente en la region de Hubei, donde se encuentra Wuhan.
“Recibimos un mensaje de la aerolínea sobre los controles de temperatura en los aeropuertos”, contó la doctora Nancy Barraza y agregó que, una vez en Shanghái, “comenzamos a leer mas sobre la situación y nos asustamos un poco ya que el Gobierno chino comenzó a implementar rápidamente medidas drásticas como la cuarentena de la provincia de Hubei entera”.
Francisco Albarrán señaló que, durante los primeros días del contagio, “el Gobierno estabilizó el precio de mascarillas y líquidos desinfectantes, llegando incluso a multar a farmacias y negocios que subieran los precios. Restringió la compra de mascarillas a cinco diarias por persona para que no hubiese desabastecimiento”.
“La Universidad de Shanghái desde el principio de la emergencia mostró gran preocupación por sus trabajadores, en especial por los extranjeros que por razón del idioma se nos hace difícil la situación. La división encargada de los extranjeros en la Universidad (SHU GLOBAL) repartió líquidos desinfectantes y mascarillas a todos los trabajadores de la Universidad. Ademas, existe una aplicación movil donde tenemos que reportar diariamente nuestro estado de salud y, en caso de cualquier cosa, nos dan ayuda inmediata en lo que necesitemos”, contó Albarrán.
El doctorado en Ciencia, con mención en Física de la Usach, aprovechó la oportunidad para manifestar su molestia al ver como otros países “criticaron sin saber e incluso emitieron juicios discriminatorios y mal intencionados, sobre todo la prensa internacional, respecto a cómo se inició el virus, las medidas que tomó este país y las costumbres de su pueblo. Vemos cómo ahora China tiene completamente controlada la emergencia, ayudando incluso a Europa y sus vecinos asiáticos sin resentimientos”.
La doctora Barraza sostuvo, además, que al hablar con sus colegas en China, percibe una gran confianza en las medidas adoptadas por el Gobierno. “Esto también nos hace estar muy tranquilos, de hecho no quisimos viajar a Chile, lo cual se nos ofreció en febrero, ya que Shanghái y China, en general, tienen los medios, voluntad política y una población comprometida con el país para afrontar una epidemia de estas características o cualquier situación de riesgo”, concluyó.
Por: Alex Araya
Fotografía: Cedida