Luego de más de veinte años de desempeño en la Facultad de Ingeniería, la Dra. Stella Ordóñez se despide de la Universidad de Santiago de Chile.
La directora por casi 14 años del Doctorado en Ciencias de la Ingeniería, comenzó sus estudios de Ingeniería Industrial en la Universidad de Cuyo, Argentina y luego los revalidó en la Universidad de Chile, alcanzando el título de Ingeniera Civil en Metales.
En 1996 ingresa a la Usach como investigadora asociada y diez años más tarde se consolida como académica del departamento de Ingeniería Metalúrgica.
La doctora define como fructífero su paso por la universidad. En cuanto al ámbito docente, afirma que el contacto con los estudiantes ha sido muy enriquecedor. “Mi meta como docente siempre fue dejar un buen recuerdo en los alumnos, no solo como profesora, sino como persona. Creo que
lo logré”, asegura.
Además de su labor como docente, sobresale su amplia trayectoria como investigadora. “En mi labor como investigadora pude desarrollarme con total libertad, el apoyo de la universidad y el acceso a proyectos con financiamiento externo me permitió asistir a congresos nacionales e internacionales, realizar pasantías en centros de investigación extranjeros y relacionarme con otros investigadores. Pero lo más importante es que esos recursos me permitieron financiar más de 30 tesis de pregrado y 10 tesis de postgrado” lo que sin duda significa un gran aporte en cuanto a la generación de conocimiento para la Universidad de Santiago.
En base a su experiencia como ingeniera y en relación al programa transversal de mujeres que la Facultad de Ingeniería está impulsando actualmente, la Dra. plantea que es necesario “reforzar la idea de que las mujeres pueden desempeñarse en cualquier ámbito y que la ingeniería no es un
mundo de hombres”.
A modo de consejo a los académicos que continúan desarrollándose en la universidad, Ordoñez invita a que su preocupación trascienda la idea de otorgar conocimientos y se incline por la formación de personas íntegras, con ética profesional y responsabilidad social. “En el ámbito de la
investigación deben apostar por proyectos multidisciplinarios e innovadores, que además sean un aporte al desarrollo del país”, indica.
Finalmente, concluye que el mayor desafío del futuro de la ingeniería es el desarrollo de tecnologías limpias que cuiden el medio ambiente, meta que solo se logrará con el trabajo conjunto de los profesionales de todas las disciplinas de la ingeniería.