Por: Sylvana Vega, Académica del Departamento de Ingeniería Mecánica.
Cuando ingresé a ingeniería mecánica, éramos cinco mujeres en un curso de cien estudiantes. Aún recuerdo cuando algunas se retiraron y otras cambiaron de especialidad. Al final fui la única mujer en egresar de mi generación.Mi formación como ingeniera mecánica de la USACH me ayudó a tener una visión más amplia, sobre todo, del tema social, el comprender que podemos aportar al país como ingenieros e ingenieras de la Universidad de Santiago. Fue así como comencé a plantearme el Proyecto STEM para preescolares con perspectiva de género, con interés en visibilizar el rol de la mujer en ingeniería y acortar la brecha de género que existe en esta área.
El término STEM se utiliza para referirse a una metodología de enseñanza muy particular. Aborda los campos de la ciencia, tecnología, ingeniería y matemática. Todo eso de forma conjunta, para que haya un enfoque que promueva el aprendizaje de conceptos, mediante la resolución de problemas o elaboración de algún tipo de producto, en que las y los estudiantes son protagonistas de su aprendizaje. La poca participación de mujeres en STEM es un fenómeno que no solamente ocurre en Chile. Hay estudios internacionales que han mostrado que predominan estereotipos que no están vinculados con las capacidades de las mujeres. Son los estereotipos de género culturales, donde hay escasez de modelos femeninos y poca visibilización.
En mi experiencia como docente, he podido apreciar una percepción en carreras de "ingeniería dura" como mecánica, eléctrica u otras más, donde se piensa que no son "para señoritas”. En muchas oportunidades se dice que las mujeres no podrían estudiar algo tan difícil. De hecho, en Ingeniería Mecánica tenemos un 10% de participación femenina, cifra que es bastante baja.
Este proyecto comenzó con un grupo de alumnas del DIMEC que querían mostrar a niñas y niños que hay mujeres en nuestra especialidad. Con el tiempo se incorporaron alumnos que también apoyaban esta inserción femenina en el tema de ingeniería. Ahí nos dimos cuenta de que había muchos grupos STEM en etapa escolar, que se enfocan en cursos de básica y media. Lo interesante es que las investigaciones muestran que esta brecha comienza en la etapa preescolar, porque durante este periodo, el conocimiento y el aprendizaje es más significativo, vinculado a las emociones. Esta formación que desarrollan a través de la exploración y la curiosidad, fortalece más su autoestima y pensamiento crítico.
Una de las cosas que hemos apreciado cuando realizamos talleres es que en general, niñas y niños tienen distintas percepciones, sobre todo con el tema de ver mujeres que son ingenieras mecánicas. Se sorprenden y preguntan, ¿ustedes arreglan autos?.
La importancia de esta iniciativa es dejar huella. La idea es que se incentiven en el área STEM, que las niñas se motiven a ser ingenieras y demostrar que esta disciplina no es solo para hombres.
Para finalizar, quisiera dar un mensaje a mis estudiantes. Estoy muy orgullosa del grupo que hemos formado, que ha influido mucho en niñas y niños. Han aportado con sus conocimientos y capacidades como futuras(os) ingenieras e ingenieros. No me cabe duda de que ellos serán un aporte a este cambio en la sociedad.
Diseño: Camila Contreras.